sábado, 17 de junio de 2006
Homenaje al bailarin en Auditorio San Vicente
Los Antonios (Antonia y Jose Antonio) actuaron en San Vicente del Raspeig en el Homenaje al Bailarin junto con los compañeros del Estudio de Baile de Vicente Clarió.
martes, 6 de junio de 2006
El Crucero
Las chicas se han ocupado de organizarlo todo y después de hacer las pertinentes gestiones y con mucha ilusión, por fin hemos hecho el crucero.
Antes de empezar el viaje, nos han hecho una ceremonia de bienvenida a bordo del barco a los pasajeros. Han puesto música y en cuanto hemos oído un merengue, los chicos, ni cortos ni perezosos hemos sacado a bailar a las camareras y nos hemos marcado unas figuras para que se note que la gracia latina no tiene porque ser exclusiva de los hispanoparlantes nacidos al otro lado del Atlántico.
Simón ha andado todo el viaje muy perdido. Como no sabíamos si estaba por popa o por proa hacíamos un peinado de chiringuitos hasta que lo encontrábamos.
Jose Antonio siempre tenía sueño. Si te descuidabas se ponía a roncar en cualquier tumbona de cubierta.
Maria Luisa, en cuanto soltaban amarras y levaban anclas, parecía un pato mareado y no era por los mojitos. La pobre lo pasaba mal pero a pesar de todo era dura y decía que sin duda volvería a subirse al barco otra vez.
Rosi debe de tener un un GPS en el cerebro. Gracias a ella hemos paseado por Roma como si estuviéramos en Divina Pastora.
Algo que nos ha impresionado a todos son las esculturas de hielo que adornaban las mesas de los buffet. Al final nos enseñaron como tallaban estas maravillas.
En el futuro, esta aventura será abordada con frecuencia para recordar los divertidos momentos que hemos pasado y algunos como todavía no pertenecían al grupo y se lo perdieron, se les ponen los dientes largos y cuando nos oyen hablar del tema dicen: ¿Otra vez de crucero?
Antes de empezar el viaje, nos han hecho una ceremonia de bienvenida a bordo del barco a los pasajeros. Han puesto música y en cuanto hemos oído un merengue, los chicos, ni cortos ni perezosos hemos sacado a bailar a las camareras y nos hemos marcado unas figuras para que se note que la gracia latina no tiene porque ser exclusiva de los hispanoparlantes nacidos al otro lado del Atlántico.
Simón ha andado todo el viaje muy perdido. Como no sabíamos si estaba por popa o por proa hacíamos un peinado de chiringuitos hasta que lo encontrábamos.
Jose Antonio siempre tenía sueño. Si te descuidabas se ponía a roncar en cualquier tumbona de cubierta.
Maria Luisa, en cuanto soltaban amarras y levaban anclas, parecía un pato mareado y no era por los mojitos. La pobre lo pasaba mal pero a pesar de todo era dura y decía que sin duda volvería a subirse al barco otra vez.
Rosi debe de tener un un GPS en el cerebro. Gracias a ella hemos paseado por Roma como si estuviéramos en Divina Pastora.
Algo que nos ha impresionado a todos son las esculturas de hielo que adornaban las mesas de los buffet. Al final nos enseñaron como tallaban estas maravillas.
En el futuro, esta aventura será abordada con frecuencia para recordar los divertidos momentos que hemos pasado y algunos como todavía no pertenecían al grupo y se lo perdieron, se les ponen los dientes largos y cuando nos oyen hablar del tema dicen: ¿Otra vez de crucero?
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